¿Te apetece darle una vuelta al mundo?

A más de uno nos gustaría darle la vuelta al mundo, pero ni el tiempo ni el dinero suelen permitírnoslo. Intermón Oxfam lo sabe y por ello nos ofrece su propia forma de dar la vuelta al mundo, mucho más sencilla, barata y, sobre todo, solidaria.

La iniciativa se llama, como no, Dale la Vuelta Al Mundo (DVAM) y se trata de una web que busca, de diferentes maneras, la participación  ciudadana.  En ella el usuario registrado  puede participar proponiendo o informando de actividades solidarias, creando su propio blog, dejando comentarios en los blogs de otros, participando en concursos, firmando y apoyando distintas propuestas y denuncias, … A Intermón Oxfam le gusta denominarla más bien “punto de encuentro” de aquellos que están interesados en la cooperación internacional y quieran cambiar el mundo, o al menos “agitar el planeta”.

Y ¿cómo han conseguido que la gente se interese y participe? Convirtiendo el proyecto en un concurso en el que los participantes obtienen puntos según las contribuciones que vayan haciendo a la comunidad de DVAM. A estos puntos se les llama kilómetros solidarios, que son los que te permiten ir dando la vuelta al mundo. El usuario recibe más o menos kilómetros según el tipo de contribución que haya realizado, cuanto mayor sea la aportación y el esfuerzo, más obtendrá. De hecho existe una lista de equivalencias entre los tipos de acciones y los kilómetros correspondientes, es decir una gradación de las acciones. Por ejemplo,  ganar uno de los concursos que proponen son 3.000 km, mientras que dejar un comentario son 250Km. Ya hay quien ha conseguido más de 40.000 km, dando así al menos una vuelta al mundo .

El concurso lleva ya unos años en marcha, de hecho ahora mismo se está celebrando su cuarta etapa cuyo premio es un viaje a Perú para visitar los proyectos que Intermon Oxfam están realizando en dicho país. El ganador se elegirá por sorteo entre los 50 participantes que más kilómetros hayan recorrido. Sin embargo, uno de los principales requisitos de las bases del concurso es tener entre 18 y 25 años, a pesar de que cualquier persona de 18 años pueda registrarse y colaborar en la web. Es decir, cualquier persona puede colaborar, pero no cualquiera puede ganar. ¿Por qué? No lo sé, eso me pregunto yo. Es cierto que en la presentación de la iniciativa se habla de movilizar a los jóvenes, pero si el objetivo es intentar que la gente se conciencie y adopte una actitud solidaria ¿qué sentido tiene discriminar por edad?

Aunque puestos a encontrarle defectos, no sé qué es peor, si esta discriminación a la hora de participar en el concurso, o que un proyecto con tanto potencial se haya planteado como concurso. ¿Hasta qué punto es bueno fomentar la competitividad en esta clase de iniciativas solidarias? ¿No resulta algo contradictorio?  Y ya no sólo lo digo por la rivalidad, pues se puede argumentar que se trata de una competitividad sana, sino por el hecho de motivar a la gente a que realice “acciones solidarias” mediante incentivos. Y es que el usuario no sólo opta a ganar el viaje, sino que puede ganar multitud de distintos premios más pequeños en el resto de concursos propuestos en la web. Esa clásica forma de educar de “si te portas bien te doy un regalito”, aunque el regalo sea de comercio justo o sea simplemente una cantidad de kilómetros “digitales” que sumar a tu puntuación, ¿es la mejor?, ¿es necesaria?, ¿es acorde con los principios que defiende una ONG?

En cualquier caso, volviendo a lo que aquí nos interesa, hay que reconocer que han sabido sacar muy buen provecho a la web 2.0. En DVAM se juntan lo que otras ONGs proponen por separado: blogs, concursos vía internet, videos, recogida de firmas, …  concienciando así al internauta sobre temas solidarios, pero también motivando su colaboración por diversos medios. Gracias a esta poco común mezcla, DVAM supone una potente herramienta de interactividad y de colaboración grupal muy interesante.

Además, todo esto planteado dentro de una estética de la web muy atractiva (como de diario de viaje). El diseño es original, dinámico y todas las acciones e informaciones disponibles para el usuario han sido organizadas de forma sencilla e intuitiva. Además siempre hay música de alguna parte del mundo sonando, por lo general del país elegido cada mes.  De alguna forma, se logra hacer más entretenido su uso.

Con esta iniciativa se está potenciando, pues, una participación “virtual” que, justamente por ser vía internet y no requerir de una presencia física en un lugar y momento determinado, puede llegar a ser muy elevada. Si no fuera de este modo, mucho gente no colaboraría en acciones solidarias. Pero la gran “facilidad” de colaboración puede ser una trampa, ya que esta se debe, por lo general, al bajo compromiso que exige por parte del usuario, que para “colaborar” no tienen porqué involucrarse especialmente. Lo que pretendo decir es que esa supuesta colaboración que llevan a cabo los participantes se queda en muchos casos en el aire, no es productiva. Dejar comentarios, hacer entradas de blog, firmar electrónicamente propuestas, denunciar una situación,… por lo general sirven para concienciar a los usuarios, lo cual ya es mucho, pues una vez concienciado es más probable que actúe, pero ¿hasta qué punto hay una participación y colaboración directa a la hora de resolver los problemas que se denuncian? ¿Se refleja de alguna manera esta colaboración en la realidad en la que vivimos?

Cambiar, no va a cambiar el mundo, pero al menos permite informar, concienciar, involucrar y hacer participar a parte de la población en un grado mucho mayor al de antes de la utilización de estrategias de comunicación 2.0 por parte de las ONGs. Diría más, en mi opinión, en cuanto aprovechamiento de las herramientas de la web 2.0, Intermón Oxfam con DVAM ha ido un paso más allá que muchos de los proyectos y campañas de otras ONGs, aunque sin duda al proyecto le queda todavía potencial por explotar.

No sé que ha contado más, si la competición y el premio, la estética atractiva y el entorno web, o las ganas de colaborar, pero la cuestión es que parece tener éxito. Prueba de ello es que ya va por la cuarta etapa, y que en ella participan de momento más de 4.700 personas que han recorrido ya más de 15 millones de kilómetros, lo que supone ¡376 vueltas al mundo! Ya puedes ayudar a completar la vuelta 377 recorriendo tus propios kilómetros solidarios.

A. Aguilera